miércoles, 13 de abril de 2011

Historia 5ºH1


ANTIGUO RÈGIMEN:


El Antiguo règimen fue el tèrmino que los revolucionarios franceses utilizaban para designar peyorativamente al sistema de gobierno anterior a la Revolucion francesa de 1789 (la monarquìa absoluta de Luis XVI), y
que se aplicò tambièn al resto de las monarquìas europeas cuyo règimen era similar a aquèl. El tèrmino opuesto a este fue el de Nuevo Règimen (en España,Règimen Liberal).
Tambièn puede aplicarse como equivalente a una època que, pràcticamente, coincidirìa con lo que se conoce como Edad moderna.

DEFINICiÒN:  Usando el vocabulario del materialìsmo històrico, el Antiguo Régimen se definiría como una formaciòn econòmico social, es decir, la combinación peculiar de modos de producciòn y relaciones socialessuperestructura política y que se justifica por su correspondiente ideologìa. Para su localización en tiempo y espacio se pueden restringir a tres los requisitos que un "aspirante" debía cumplir para alcanzar tal denominación. para un ámbito espacio-temporal más o menos amplio, que construye su adecuad.
  • 1º sistema econòmico: en transición del feudalismo al capitalismo;
  • 2º relaciones sociales: determinadas por la oposición entre la sociedad estamental y una burguesìa que no puede acceder al papel de clase dominante que ocupan los estamentos privilegiados;
  • 3ºsistema polìtico: monarquìa absoluta o, como poco, monarquìa autoritaria. La tensión fundamental en este ámbito es la que se produce entre la centralizaciòn del poder y el respeto a los privilegios de todo tipo (personales, estamentales y territoriales), que mantenían una gran multiplicidad de jurisdicciones y fueros. 
CARACTERÌSTICAS: 

Economìa y Demografìa: La propiedad de la tierra, principal factor de la producciòn, estaba sometida a vinculaciones que incluían los mayorazgos en poder de la nobleza, las manos muertas en poder del clero y las tierras comunales de los ayuntamientos. La naturaleza compartida de este tipo de propiedad, con un propósito de permanencia en el tiempo, hacía que no se podía disponer libremente de ella, con lo que la existencia de un mercado libre de tierras era imposible.
Lo mismo podría decirse del mercado libre para los otros dos factores de produccion: ni capital (sospechoso de representar una forma de riqueza no compatible con el modo de vida noble o clerical, y aún lejos de la acumulación necesaria para una revoluciòn industrial) ni trabajo (impropio de los privilegiados, y considerado como una maldición bíblica) se venden libremente en el mercado como mercancìas sujetas al libre juego de oferta y demanda.
El crecimiento del tamaño de las ciudades (sólo unas pocas: Paris, Londres, Sevilla, Madrid, Roma, Nàpoles, Estambul, superan los cien mil habitantes), a pesar de funcionar como sumideros demográficos y de recursos de todo tipo, contribuyó decisivamente a la transición del feudalismo al capitalismo (el papel de Londres fue fundamental para la creación de un mercado nacional, el de París, intermedio; el de Madrid, un relativo fracaso). Pero no hacía olvidar que seguía la época preindustrial, y la ocupación de la inmensa mayoría de la población, la de las omnipresentes zonas rurales, seguían siendo actividades agropecuarias de productividad y rendimientos bajísimos, cuyas técnicas evolucionaban muy lentamente (la larga duraciòn braudeliana), condenando a la dependencia de los ciclos naturales y las periódicas crisis de subsistencia repetidas cíclicamente, coincidiendo con los meses mayores previos a las cosechas, cuando el trigo estaba más caro. No es casualidad que esas coyunturas generaran movimientos de descontento conocidos como motines de subsistencia, que en algunos casos podían tener repercusiones políticas (Motìn de los gatos, Motìn de Esquilache, o la propia Revoluciòn francesa) o en el peor de los casos hambrunas que llevaban a crisis demogràficas (la conocida como trampa malthusiana). De hecho, es habitual en demografía hablar de un Antiguo Règimen demogràfico, que se caracterizaba por altas tasas de natalidad y mortalidad, escaso crecimiento natural que se contrarrestaba por los años de mortalidad catastròfica, elevada fecundidad (requerida con afán por las familias titulares de explotaciones agrícolas), compensada con el celibato (la nupcialidad, a edades muy tempranas que a veces se retrasaba, no afectaba a la totalidad de la población) y la muy baja esperanza de vida.


Sociedad:  Otra de las características principales del Antiguo Régimen es la organización de la sociedad en tres estamentos definidos desde el nacimiento: dos estamentos privilegiados: nobleza (laica) y el clero (que en su parte alta correspondía a los hijos segundones de las familias nobles) estaban por encima del resto de las personas: el Tercer Estado o el Común (los campesinos, inmensa mayoría de la población, y los burgueses, comerciantes o artesanos). Los derechos de las personas no eran igualitarios, sino que, legalmente, los nobles laicos y eclesiásticos tenían una serie de privilegios que no tenían los pecheros. Aunque los estamentos son cerrados, no son impermeables, y es posible el paso de un no privilegiado a una situación de privilegio, por ennoblecimiento o por la entrada en el clero.
El papel que la exclaustraciòn de las òrdenes religiosas, con la consiguiente desamortizaciòn y el fin del celibato del clero secular tuvo en la Reforma protestante es una de las cuestiones que hizo alejarse del Antiguo Régimen a los países que optaron por ella. Son los países católicos del suroeste de Europa (y Polonia) los que presencian el triunfo de la Contrarreforma, que significa en términos sociales el triunfo de la sociedad estamental: la configuración piramidal del clero, los tres votos del clero regular, el celibato del clero secular, la justificación de la presencia económica de las instituciones religiosas (se llegó a decir, desde la postura liberal-burguesa, que la Iglesia, con los diezmosy las manos muertas creaba la pobreza que justificaba su existencia) y su presencia en todos los órdenes de la vida, pública y privada.
La interpretación historiográfica de la naturaleza de la sociedad estamental dio origen a un notable debate entre los que, cercanos al materialismo històrico (escuela de Annales, o de Past and Present), utilizan el concepto de clase, y los que, desde una posición institucionalista (y también próxima al funcionalismoemic frente a las perspectivas etic), prefieren hablar de una sociedad de òrdenes. Así, Roland Mousnier identifica al honor, el estatus y el prestigio como marcadores sociales más significativos que la riqueza. Según esta perspectiva, la sociedad se dividía verticalmente según los rangos sociales (relaciones de patronaje o clientelismo entre patrón y cliente: maîtres-fidèles), y no horizontalmente según las clases. sociológico y antropológico de las perspectivas
En particular, las èlites de la sociedad del Antiguo Régimen pueden entenderse como una clase privilegiada formada por una nobleza y un clero identificados en sus intereses económicos e interpenetrados por las estrategias de vinculaciòn familiar de tierras y cargos en la Iglesia, la burocracia, el ejèrcito y la Corte (según la interpretación materialista); o bien un conjunto no homogéneo de òrdenes como la nobleza de espada y la nobleza de toga (noblesse d'épée y noblesse de robe) más diferentes entre sí que con el campesinado o la burguesìa (según la interpretación institucionalista o funcionalista). 


Sistema Polìtico:  Las monarquìas autoritarias que acumulan el poder político que la nobleza tenía en la Edad Media basan su poder en unos mecanismos como el ejèrcito, constituido por mercenarios que el rey contrataba, aunque en caso de guerra eran reclutados civiles de manera forzosa para la defensa del país. El fin de las mesnadas medievales controladas por la nobleza da a este estamento una nueva función, no de poder militar sino económico y social, y su posición en la Corte junto al rey le dará su medida de poder polìtico.
Para el aumento de su poder, en la Baja Edad Media, las ciudades libres (islas en el océano feudal) representaron un apoyo para los reyes contra los privilegiados. De ellas obtiene los recursos en forma de impuestos a las actividades mercantiles, mientras que la mayor parte de la riqueza, las propiedades rurales de los privilegiados, no es sujeta a imposición. Una vez asentado el poder real, el rey procuraba restringir las funciones de los representantes de las ciudades, sean burguesìa, patriciado urbano o como se les quiera calificar. Casi nunca convocaba a las Cortes y, cuando lo hacía, se reservaba siempre el derecho de tomar la decisión final. Las Cortes estaban constituidas por representantes de los tres estamentos (nobleza, clero y tercer estado), pero en el caso de Castilla (pues las de los reinos de la corona de Aragòn se reunían por separado) sólo se convocaba a los representantes de las ciudades, y para aprobar impuestos. Cuando las instituciones representativas alcanzan protagonismo (Parlamento inglés en el siglo XVII, Estados Generales en 1789), el modelo se rompe.
El titular de la Corona tiene en sus manos todos los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), aunque en la práctica tiene que utilizar una enorme burocracia y designaba unos representantes a los que encarga el gobierno en su nombre, secretarios, ministros o en el caso español, un valido.
La discontinuidad territorial y la confusión de jurisdicciones era más la norma que la excepción de las entidades políticas, tanto estatales como infraestatales. Las fronteras eran cambiantes e inseguras, y había multitud de enclaves, exclaves, territorios de fuero especial, e incluso con soberanìa compartida (Andorra) o alterna (Isla de los faisanes y facerìas del Pirineo navarro). Cuando Felipe II quiso hacerse una idea clara de sus posesiones, no recurría a los mapas de la biblioteca del Monasterio de El Escorial, que le mostrarían un confuso rompecabezas, sino a las Relaciones Topogràficas (un esfuerzo protoestadístico solo comparable al Catastro de Ensenada dos siglos posterior) o a las vistas que encargó tomar a Anton Van der Wyngaerde. El sueño de las fronteras naturales (la Francia del Rin a los Pirineos que retrospectivamente parece su misiòn històrica) es más una idea del nacionalismo del siglo XIX, como el destino manifiesto que llevó Estados Unidos al Pacífico.


Mathias Martinez, Lourdes Gutierres y Catherine Bula_  5H1

No hay comentarios:

Publicar un comentario